Me gusta cuando me pasa su brazo por los hombros con
delicadeza, disimulando, y cómo se le dilatan las pupilas cuando se da cuenta de que me gusta que lo haga. Cómo se pone nervioso cuando lo acaricio o lo toco. Me encanta cuando se preocupa por mí, preguntándome qué me pasa y cuando se sienta a mi lado cuando me ve sola o aburrida. Adoro su forma de desviar los temas de conversación para que acabe diciéndole que le quiero y la sonrisa picarona que le sale acto seguido.
Quizás lo que más me guste de él sea eso, ÉL. Es tan jodidamente perfecto que me hace amarlo más y más cada día. Y es que no lo puedo evitar: me gusta lo bien que me hace sentir, la sonisa que me sale cuando pienso en él y cómo mi corazón late más y más deprisa cuando está a mi lado. Le quiero, quizás es lo único que tengo claro.
delicadeza, disimulando, y cómo se le dilatan las pupilas cuando se da cuenta de que me gusta que lo haga. Cómo se pone nervioso cuando lo acaricio o lo toco. Me encanta cuando se preocupa por mí, preguntándome qué me pasa y cuando se sienta a mi lado cuando me ve sola o aburrida. Adoro su forma de desviar los temas de conversación para que acabe diciéndole que le quiero y la sonrisa picarona que le sale acto seguido.
Quizás lo que más me guste de él sea eso, ÉL. Es tan jodidamente perfecto que me hace amarlo más y más cada día. Y es que no lo puedo evitar: me gusta lo bien que me hace sentir, la sonisa que me sale cuando pienso en él y cómo mi corazón late más y más deprisa cuando está a mi lado. Le quiero, quizás es lo único que tengo claro.
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