No voy a decir que no te quiero porque mentiría. Pero lo cierto es que ya estoy harta de tus idioteces, de tus niñatadas.
Estoy harta de que no te tomes nada en serio, de que solo pienses en divertirte.
Eres egoísta, solo sabes pensar en ti mismo.
Eres un pequeño niño atrapado en un cuerpo de adolescente.
Crees que puedes jugar conmigo como si fuese una simple marioneta pero ya se acabó.
No voy a esperar a que madures.
Extrañaré tus besos y tus caricias, tus abrazos y tu sonrisa, tus llamadas cada noche, tus te quiero. Extrañaré frases como: Cógeme de la mano, No me dejes o Te amo.
Sin embargo, no echaré en falta tus gritos, tus cabreos, tus indecisiones. Tus juegos tontos y tus celos.
Yo lo tengo muy claro: Cariño, vuelve cuando hayas crecido.
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