¿No estás harto de prometer cosas que no piensas cumplir? Porque yo sí que estoy harta de que lo hagas.
Estoy cansada de esperar como una tonta a que lleves a cabo todo lo que me dices, de hacerme ilusiones para que luego en un segundo las destruyas.
Soy una estúpida por creer que vas a cambiar, que un día me vas a sorprender.
Solo eres un inmaduro, y vale, es cierto que yo no soy la persona más madura del mundo, pero creo que tengo dos dedos de frente y soy capaz de darme cuenta yo sola de qué estoy haciendo mal y arreglarlo.
Tú no sabes mirar más allá de tus narices, crees que eres el ombligo del mundo.
Llevo tiempo poniéndome una venda en los ojos, intentando no ver tus defectos. Se supone que cuando quieres a alguien, no lo quieres solo por sus virtudes y lo aceptas tal y como es.
Muy bien, será que no te quiero, que no estoy tan enamorada como creía, porque no aguanto más. No soporto tus niñatadas, tu falta de responsabilidad, tus cambios de opinión. Ahora dices sí y al momento dices no.Tengo claro que no me quieres.
Soy la culpable de todo esto: nunca me dijiste que me querías, y yo saqué conclusiones erróneas acerca de tus sentimientos.
He de disculparme, por creer que podías llegar a sentir algo por mí. En mi defensa diré que fuiste tú con tu forma de tratarme el que me enamoró.
Me he dado cuenta de que no merece la pena luchar por algo inexistente, así que en este momento pongo punto y final a esta historia.
Lo siento, me despido.
S. Salcedo
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